Podrías alegrar de ver hojas caer,
reír de quién tropieza y aborreces,
excitarte al encender la TV.
oír, tocar, y saborear .
Mas no puedes evitar
La continua debilidad en tus pies,
un congelador con crujir amenazante,
sentir la muerte venir.
Cuando oyes aquel soplido del viento volar,
quieres guardarlo en tu cofre precioso para obsequio,
pero las manecillas te golpean en cada latido,
Ahí ves el fin de la escalera , una meta que no pediste.
La cólera te enfrenta y debes callar como ser,
y tienes tanto en el poder para luego todo perder,
y tienes tanto que aprender para luego todo olvidar,
mientras los cigarrillos escasean y desaparecen cenizas.
Es fácil no pensar, difícil pensar.
En cuanto tiempo más el ocaso te abrirá los ojos,
y podrás ver con desesperación
el reloj empolvado de la pared,
el camino recorrido
y no volver al empezar.
Te arrepentirás de la ruta escogida
cuando haya sido y cuando hubiese sido.